sábado, 29 de diciembre de 2007


[Nunka e sido mui fotojénika. I por supuesto no esperaré serlo después de una zena nabideña kon mi familia en kasa de una familia balenziana amiga, donde se impusieron kosas como el fuet, el kava katalanero i ubo remate de turrón, mazapán i demás yerbas, inkluida la fiestuki de rigor. Lo siento. Después bendrá la feroz batalla kontra los kilos.]


Paso de zebra (bariaziones). Sako de mi blog, en su etapa anterior, mis apuntes sobre kómo entender su título. Konsideré que todabía tenían bijenzia, en esta nueba fase.

Bariazión 1. Paso de zebra entendido komo la franja por la ke está permitido kruzar una kalle a los peatones. El nombre me pareze bastante absurdo. Para mí, demuestra la insensibilidad pragmátika y antropozéntrika dominante en nuestro mundo. Para empezar, es una inbersión total: el fondo negro del asfalto kruzado por unas rayas blankas enormes. Peor, kuando se trata de líneas amarillas, tan eskandalosas. Lo propio de las zebras es lo kontrario: fondo blanko y rayas negras. Klaro ke algien puede alegar diziendo que se trata de una metáfora. Komo si las metáforas fueran inozentes y neutras. Klaro ke es una metáfora, pero en ello ba la distorsión de las kosas, el ímpetu de dominazión. O sea ke a kuenta de la metáfora nos ponemos a andar por enzima del lomo de una pobre zebra imajinaria, pero imajinada como muerta. Pasamos nuestros zapatos imperiales e imperiosos por la imajen de un kurioso y afable animal que emos conbertido en alfombra komo si nada. Komo kuando los tíos ke iban de safari –incluido el bueno de Hemingway– ponían su bota sobre la ermosa pieza abatida a tiros, siempre con bentaja y a traizión. Entenderéis por ké detesto llamar “paso de cebra” a los puntos de kruze de las kalles.

Bariazión 2. Paso de zebra bisto komo el sitio por donde pasan las zebras en su ábitat. Este signifikado de la frase tampoko me interesa. Es obbio y anodino, aunke también ai que tenerlo en kuenta komo posibilidad semántika, lo que nos rekuerda –kosa que siempre konbiene– ke poko o nada es uníboko en el lenguaje.

Bariazión 3. Finalmente, paso de zebra, komo el senzillo, kurioso y amable paso ke da el animal simplemente kuando anda i trota i korre en las llanuras i sabanas afrikanas. Eso es lo ke me llama la atenzión i me seduze: esa delikadeza, ese porte, esa prestancia al andar, esa suabidad tímida, komo si estubiera fluyendo un río de seda aérea. Ké lekzión, kuánta sabiduría. Trasegar tanto kamino y tanta tierra kon esa libiandad de espíritu. A ber si aprendemos. Ya kisiera yo nabegar por el mundo así, kon esa finura ekskisita por los rumbos de la bida. Asi kiero ke fluya y kamine este blog, kon ese paso primorosamente elegante, aunke por momentos no pueda morderme la lengua. Pero ke digo... inkluyendo también los momentos en ke literalmente deba despotrikar, komo sin duda también azen las zebras kuando ai ke azerlo. Zebra: bello animal ke pasa lijero komo la maldita primabera.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Feliz 2008. Ya sabemos ke todos los años tienen lo suyo de sinsabores, angustias, dolores, desengaños, desgrazias, maldades i atrozidades, junto kon lo igualmente suyo de alegrías, satisfakziones, plazeres, buenos rollos, logros i todo eso. 2008 no será la ekszepzión. También nos dará alguna dosis de todo, todo eso, i ai ke estar preparado para ello. Pero tiene ke aber un momento en el ke agamos a un lado las angustias premonitorias i renunziemos a las palabras duras, a la agresibidad, la biolencia en todas sus bariantes –brutal o sutil– para poder desear con sinzeridad a todos i a una misma un buen año nuevo. Que kon todo seamos kapazes de vivir el 2008 como un año de felizidad, pase lo ke pase (ke ya sabemos ke pasará).


xxxxxxxxxxxx


El péndulo de los días


Sorpresa de última ora. No termina de zerrar el año i me akaba de okurrir algo berdaderamene imprebisto. Mi amigo M -comisario de un museo en Barcelona- me akaba de ofrezer la posibilidad de trabajar como korredora de obras de arte. Según él, entiendo mogollón en la materia. La jente siempre se imajina kosas de una. La buena jente tiende a imajinar buenas kosas de una. Agradezko infinitamente la oportunidad, pero dudo mutsho en azeptarla. Ya bengo aziendo karrera en la dozenzia i una nobedad así me da un pokitín de bértigo. Lo konsultaré con la sakrosanta almoada, tantas bezes tan sabia, i sobre todo kon mis biejos. Mi padre suele ser más sabio todabía ke la almoada. Kuando me a tokado ponerme a bender algo no lo e echo tan mal, por zierto; pero ai algo ke me aferra al kurre aktual. No deskarto ke sea el orgullito, el amor propio, por no dar la impresión de ke por fin me derrotan las huestes enemigas en el instituto. En fin, ya beré. Tengo asta Reyes para pensarlo.


************


Miedo de ké. Klaro ke tengo motibos para largarme del instituto. La bez ke kisieron abrirme un ekspediente administratibo ubo kienes poko menos ke me pusieron de pederasta. Todo por la etapa anterior de mi blog. Lo ke no saben es ke, en mi kaso, esa imputazión es improbable por partida doble. Nunka ligo con nadie de mi mismo trabajo. Los liges, siempre a dezenas de millas a la redonda. Y enzima soi más bien dada a los ombres maduros y alguna bez más ke maduros. Me gusta la buena konbersazión, las apreziaziones de jente con eksperienzia, kon sentido de la intensidad y la profundidad. Muy rara bez e enkontrado esto entre tshikos de mi edad o un poko más o un poko menos. Pero no ai peor ziego ke el ke no kiere ber. Ni sikiera puedo estar trankila por estas konfesiones a mi blogdiario. Kuando lo deskubran bendrán nuebas embestidas. Esto me aze pensar en la jentil oferta de M, mi amigo el komisario (de arte, no os konfundáis). En fin... a pensar se a ditsho.


xxxxxxxxxxxxxxxxx


La senda del estilo. Keréis saber lo ke entiendo por buena literatura, buena narratiba? Aí os dejo un trozo del deslumbrante kapítulo final de La plaça del diamant (La plaza del diamante), de Mercé Rodoreda. Sólo un trozo, por motibos de espazio.

"Dejé el cuchillo encima de la consola y empecé a desnudarme. Antes cerré los postigos y por la rendijita entraba la claridad del sol y fui hasta la cama y me senté y me descalcé. El somier crujió un poco, porque era viejo y ya hacía tiempo que teníamos que cambiarle los muelles. Tiré de las medias como si tirase de una piel muy larga, me puse los escarpines y entonces me di cuenta de que estaba helada. Me puse el camisón descolorido de tanto lavarlo. De uno en uno me abroché los botones hasta el cuello, y también me abroché los botoncitos de las mangas. Haciendo que el camisón me llegase hasta los pies, me metí en la cama y me arrebujé. Y dije, hace buen día. La cama estaba caliente como la panza de un gorrión, pero el Antoni temblaba. Le sentía castañetear los dientes, los de arriba contra los de abajo o al revés. Estaba vuelto de espaldas y le pasé un brazo por debajo de su brazo y le abracé por el pecho. Todavía tenía frío. Enrosqué las piernas con sus piernas y los pies con sus pies y bajé la mano y le desaté la atadura de la cintura para que pudiese respirar bien. Le pegué la cara a la espalda y era como si sintiese vivir todo lo que tenía dentro, que también era él: el corazón lo primero de todo y los pulmones y el hígado, todo bañado con jugo y sangre. Y le empecé a pasar la mano poco a poco por el vientre porque era mi pobrecito inválido y con la cara contra su espalda pensé que no quería que se muriera nunca y le quería decir lo que pensaba, que pensaba más de lo que digo, y cosas que no se pueden decir y no dije nada y los pies se me iban calentando y nos dormimos así y antes de dormirme, mientras le pasaba la mano por el vientre, me encontré con el ombligo y le metí el dedo dentro para taparlo, para que no se vaciase todo él por allí..."




No hay comentarios: